Desde hoy soy un capitán verdadero. Por supuesto ya hace tiempo tengo todos los títulos náuticos deportivos posibles. Soy capitán de yate suizo (si: también los suizos, teniendo solamente lagos, podemos examinarnos como capitanes de yate!). Aunque la verdad es que saliendo de España nadie mas se interesa para algún titulo. Además he navegado con diferentes capitanes aprendiendo mucho. Ya tengo el tercer barco propio. En las huellas del Olysis en Grecia, cómo Colon cruzando el Atlántico encontrando  India. Pero, todo eso no cuenta nada.

Pero poco a poco – la verdad es que he estado un poco perezoso para escribir blogs durante las últimas dos semanas. La causa es fácil. La hija Alba con su novio Mario nos han visitado. No quedaba tiempo para escribir blogs.

Nos encontramos en Fort de France (Martinica). Empezamos como en mis viejos tiempos, no he olvidado ser un profesor y guía de arquitectura: visitamos el museo de Schölcher, la iglesia prefabricada, el mercado – los muchachos deben conocer también algo cultural. Pasando por la Anse d’Arlet llega la primera travesía en alta mar a Santa Lucia. Aquí, hace 22 años en mi primera navegación oceánica, vomite totalmente mareado. Sólo gracias a Rosie Ryfs palabras comprensibles y de animo no renuncie para siempre a navegar en alta mar (¡al contrario!).

En cambio, nuestra tripulación se comporta mucho más civilizados. Mario está con determinación y sin miedo detrás de la rueda del timón y Alba esta tomandolo todo como siempre tranquilamente. Llueve y así dejamos a babor la Rodney Bay y nos dirigimos directamente a la Marigot Bay. La entrada estrecha de ensueño – palmeras en un banco de arena – casi no se ve por las lluvia torrenciales. La llegada no es mucho mejor que mi primera totalmente mareado hace tiempos….

La mañana siguiente el tiempo nos recibe con un sol radiante y zarpamos hacia Soufriere. Gracias a las boyas ahora es fácil de fondear entre los dos Pitons. Dos montañas se elevan abruptamente al cielo y entre medio estamos anclados tranquilamente. Puro Mar Caribe. En Taxi visitamos el jardín botánico y el „drive in volcán“ (nombre que seguramente gusta mucho a los americanos) y una cascada rica de azufre que promete hacerte 10 años mas joven. Casi me mareo de nuevo.

Dejamos a babor San Vincent para ir directamente a la isla de Bequia. Una bahía excelente, un pueblo simpático y música de Reggae fantástica en algún chiriguito. La tripulación dice que había un capitán borracho, pero sinceramente no me acuerdo nada de nada de esto.

Pasando por la isla de Canoan llegamos al fondeo mas especular de las Grenadines: Tobago Keys. Tres islas inhabitables pequeñas, rodeadas de un arrecife de corales. El viento de alisios silba en la jarcia, pero estás fondeado tranquilamente protegido por los arrecifes. Nos quedamos cuatro días. Buceamos entre los corales, con su increíble diversidad en peces. Tortugas que  sacan la cabeza del agua. Excursiones a las islas pequeñas, habitadas sólo por lguanas de hasta un metro de longitud. Para cenar langosta a la parrilla. Junto con nuestros amigos del FOREVER salimos con los chinchorros por un paso en los arrecifes para ir a la islita Petit Tabac, aproximadamente a una milla de distancia. Aquí se rodó una parte de la película “Piratas del caribe”. Como mi ídolo declarado Johnny Depp ando presumido arriba y abajo en la playa virgen.

Sí, y aquí en Tobago Keys me convierto definitivamente en un capitán verdadero. Porque en el fondeo más hermoso del mar caribe se ha taponado el vater. Todo bombeo y rezo esta en vano. Fuera, sol, agua turquesa, palmeras, peces de colores y tortugas. Yo dentro en la peste, cabeza hacia abajo en el WC ridículamente pequeño, desmontando juntas, tubos, la mierda entre mis dedos va de un lado al otro. ¡Que caca! Sí, cómo era eso de los trasmundistas: bricolandote del fondeo más hermosos al otro alrededor del mundo.

Después de que – por fin – he podido arreglar el vater volvemos pasando por Bequia a la Blue Lagoon en San Vincent. Aquí nos dejan Alba y  Mario: ¡Lamentamos que ya se acabo