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NEGRO

Nuestras primeras semanas no se distinguen precisamente por muchas millas navegadas. La idea tampoco era esa. Queríamos probar nuestro barquito y tenemos mucho tiempo para llegar a Canarias hasta finales de noviembre (tenemos previsto cruzar el atlántico en diciembre). Así navegamos poco, de cala a cala, como nos gusta. Además hasta ahora apenas conocimos la costa noreste de Ibiza, pues ¡perfecto!

De repente y con un gran susto Imma da dos pasos atrás. Dos individuos totalmente negros se acercan peligrosamente. En algún otro rincón del mundo si, ¿pero aquí? Acabamos de caminar tranquillos en un caminito rodeado de arbustos verdes. Y ahora de repente nos encontramos en un paisaje lunar, todo de color gris – negro. Sin ninguna vegetación. No hay naturaleza por aquí. No nos sorprendería que aparecería en algún rincón la Apollo 11 y que se acercaran unos astronautas.

Sin embargo desde que funcionan los GPS la navegación es bastante fácil. Y ahora esto. ¿Nos equivocamos tanto y hemos fondeado en la luna, en marte? Otro individuo sale de un agujero negro del suelo. Tendríamos que entregarles un regalo de cortesía, demostrando así nuestros buenas intenciones (tal como lo hemos leído en varios libros de trotamundos navegantes). Aun no somos muy expertos en estas tareas.

Sin embargo y afortunadamente resulta que el individuo saliente del agujero negro es un tripulante de nuestro barco vecino. Solamente tintado de arriba a abajo con una masa apestosa y negra. Si, en realidad nos encontramos en Espalmador (Formentera) y aquí parece ser tradición que todos los visitantes se meten en el fango que se encuentra en una salina justo detrás de la playa hermosa y paradisíaca. El barro, se dice, es bueno para la salud, la piel, el reumatismo, y no se que mas. Tenemos dudas. ¿es realmente sano bañarse en el mismo fango como cientos o miles de turistas anteriores? Si se podría rellenar la bañera con fango nuevo tal vez si. Es que ya hace una peste tremenda, ¿no? Así preferimos quedarnos blanco. Y limpitos…