Nuestra última parada antes de llegar a Santiago de Cuba fue la isla Ille de Vache en Haití. Aquí pasamos probablemente los días mas impactantes de nuestra singladura hasta ahora. Ser pobre no es una palabra abstracta.
Ser pobre quiere decir por ejemplo no tener zapatos para ir andando una hora a la escuela y sin ellos además no te dejan entrar. Una escuela pobre es una escuela con cien alumnos por clase. Ser pobre quiere decir que durante dos días no comes, y el tercer te dejan un poquito de arroz. Ser pobre es vivir durante años en una tienda de una ONG. Ser pobre es no tener dinero para pagar al médico, el hospital, los medicamentos – y si es así tal vez te mueres sin mas.
La vida es muy dura en un país como Haití. Castigado por catástrofes naturales como terremotos y huracanes la población vive al borde o bien por debajo del límite de pobreza. Cólera y otras enfermedades son normales. Pero también la ausencia absoluta del estado ( del bien estar). Sin dinero te quedas tonto y te mueres rápido. Esa es la realidad cruel.
Hora por hora nos sumergimos en la cultura de esta isla. Como único yate estamos fondeados en una cala muy tranquila. Con “Carma”, que fichamos como guía local, visitamos el pueblo. El pueblo está repartido debajo del bosque de palmeras. Césped verde alrededor de las casitas sencillas. Nos interesamos para la situación higiénica: Todas las casas tienen su lavabo (justo al lado de sus casas), la basura se entierra conjuntamente en varios puntos. El agua de beber se recoge diariamente en cubos grandes en la fuente mecánica. Por la noche la cala está oscura, a pesar de las 500 personas que viven en el pueblo. Ya que no hay ni coches ni electricidad en la isla. Pero, oh sorpresa: móviles. Sus baterías se cargan en un poste central con un panel solar de la compañía telefónica….
Junto con vente mujeres nativas hacemos un viaje con el ferri local – un velero tradicional – a otro pueblo para visitar el mercado. Gallinas vivas, cabezas de cabras, zapatos usados, serpientes del mar, píldoras de colores diferentes en una cesta – un caos alegre y colorido. Ahí también visitamos el orfanato de la Madame Flora. Nos toca profundamente la fibra lo que vemos. De todo Haití le llevan niños huérfanos, muchos cerca de la muerte por desnutrición, o con enfermedades como epilepsia, tuberculosis, parálisis parciales. El éxito de su trabajo lo vemos en la escuela. Tantos niños sonrientes cuando repartimos globos.
A pesar de toda la pobreza: Aquí en Ille de Vache los niños ríen mucho, todo el mundo nos saluda afectuosamente, todos conocen Messi y Barça. Continuamente tenemos charlas interesantes sobre este mundo tan lejano de nosotros. “Carma” dice que a pesar de todas las catástrofes el se puede sentir feliz. Ya que todos los habitantes sobrevivieron cundo arrasó el octubre pasado el huracán Sandy sobre su pueblo. Solamente tenían mucha hambre ya que se perdieron muchas cosechas y árboles frutales. Que relativo es todo.
P.D ganas de hacer algo bueno? Aquí: www.friendsofileavachehaiti.com
Wer von der Schweiz aus helfen will bzw. eine Schweizerdelegation unterstützen will, die auf Haiti Gutes tut, wird am besten Mitglied oder Spendende bei http://www.haitikinderhilfe.ch
Ein Arbeitskollege von mir hat diese Organisation nach dem Erdbeben ins Leben rufen helfen.