Piratas

2023-04-11T13:31:26+00:00 11 abril, 2023|2023, Jemen, Red Sea|

Con la mente cautivada por el fascinante libro «La invención de la cuenta atrás», levanto la vista un instante. El corazón en un puño y mi pulso salta a 180. Parpadeo un milisegundo. No. ¡Son de verdad! ¡No es un espejismo! Es real. Apenas cien metros detrás de nuestra popa, tres lanchas motoras se dirigen hacia nosotros. Tal y como siempre nos lo han descrito. En la proa de cada una de estas lanchas superpoderosas hay un tipo duro detrás de una ametralladora multidireccional. Sin duda estamos a tiro de disparo. En la parte trasera de la lancha se encuentran más personajes sospechosos. Como si acabaran de salir de la película de Tom Hank «Capitán Phillips» sobre los piratas de Somalia. Película que estúpidamente vimos la noche anterior. Pero esto es real. Algunos de los personajes llevan pistolas, uno con prismáticos y otro con una radio VHF en la mano. ¡Dios mío!

Dos de las lanchas nos adelantan rugiendo de forma simultánea, una por babor y otra por estribor. A toda velocidad y salpicándonos, se tumban en una curva cerrada. El tercer barco se coloca muy próximo a nuestra popa y nos bloquea.  Sin duda saben lo que hacen. Estamos inmovilizados. Todas las ametralladoras nos apuntan directamente.

Sudor frío me recorre la frente y las piernas me flaquean. Deshecho cualquier intento de autodefensa en el mismo momento en el que me llega a la cabeza. ¿Enfrentarme con mi machete desafilado a tres ametralladoras ansiosas por disparar? Aunque tuviera una pistola en la mano, ya estaría muerto. ¿Terroristas a prueba de guerra contra el pacifista de mente estrecha? ¿El ametrallador fulminante contra el académico reflexivo?

Una extraña sensación de fatalidad se extiende por mi estómago. Supongo que ya está. Que se lleven lo que quieran. Al menos casi he completado la vuelta al mundo antes de que las balas me acribillen. Quizás me dejen pudrirme durante años en un miserable agujero de uno de los polvorientos pueblos de barro de Yemen. Visto así, un tiro probablemente sea lo mejor. Pienso brevemente en Imma, en Alba y en que mi declaración de la renta aún no está del todo terminada.

Boris – llamo con voz tensa hacía abajo, donde ahora mismo se encuentra cocinando. Sube, pero no te alarmes. Es más fácil decirlo que hacerlo. Porque ahora el tercer barco se ha acercado a nuestro lado. Ya roza el costado de nuestro barco. Bum, bum, bum. Tipos jóvenes de pie en el borde de la lancha, listos para saltar. Are you trois? – pregunta un tipo algo más mayor con barba ligeramente blanquecina. No inspira mucha confianza, pero evidente es el jefe de la banda. No, only two – responde Boris, señalando los dos platos de deliciosas albóndigas de atún fresco que acaba de subir de la cocina. Como si esto fuera a demostrar algo. Probablemente sólo quieren saber a cuántos tienen que disparar o tomar como rehenes.

Where are you from? -me pregunta ahora el jefe. ¿Acaso importa? Barcelona, Spain – respondo con voz temblorosa. Espero que le guste el fútbol y Messi. UNICEF. Contribuir a unir los pueblos. Pero viendo las ametralladoras con los ojos entrecerrados, tengo mis dudas. Ah, Spain. We are police – dice ahora. Si no estuviera hecho un flan detrás del timón, me reiría. Porque nadie de ellos viste uniforme.

You are really police? – pregunto en un arrebato de enajenación mental y chulería. Como si ahora fueran a responder: No Sir, you are right, I’m so sorry, in fact we are pirates from Yemen, let’s sit together, drink a cup of tea, then you give me all your money and I will kill you. Sin embargo, los jóvenes siniestros siguen de pie en su lancha justo enfrente de mí, listos para abordarnos. Pistolas en ristre, sin duda están a punto de comenzar la faena.

Yes, I´m police – dice el jefe de barba blanca – from the Military Station Jascharazubrrr.  Le miro incrédulo. Las ametralladoras, los chicos aparentemente sedientos de sangre, los fuerabordas de gran potencia, las embarcaciones abiertas. Luego miro hacia la cercana Ille Jazair’ Az Zubayr. En realidad no está tan lejos. Podría ser. Go fast to this direction – dice ahora y señala hacia Sudán -, away from here.

El Volvo Penta del Tuvalu emite un aullido corto pero decidido, cambio el yate de rumbo y, efectivamente, se quedan atrás. Nos despedimos saludando con una de las manos en el pecho, como si fuéramos viejos amigos. Estuve a punto de decir jusque à la prochaine fois, pero decidí mejor no hacerlo.

Horas después y ya lejos de esta maldita isla, nuestros nervios se han calmado, gracias en gran parte a las ya enfriadas albóndigas de atún fresco de Boris. Mis pensamientos apocalípticos resultaron ser bastante ridículos. Encuentros como éste, como hemos experimentado una y otra vez en nuestro viaje, son pescadores locales o amigables funcionarios. Debería haberlo sabido después de todos estos años navegando. ¿Me estoy haciendo mayor y temeroso? Además, el mar está calmado, el viento susurra, y se anuncia una tarde de navegación relajada. Tiempo para una siesta.

Boris – digo después de un rato. ¿También oyes ese zumbido? Debe venir de ese petrolero ahí delante, añado convenciéndome. Pero 15 minutos después es innegable. Dos esquifes veloces vuelven a rugir rumbo a nosotros. Arranco el motor. Ya estoy hiperventilando de nuevo. No puede volver a ser la policía. Así que sólo queda una opción. Enfilo directamente el petrolero con una velocidad de ocho nudos y medio. Igual que los peces pequeños que buscan refugio entre los más grandes cuando aparece el tiburón. Ridículo, como si este petrolero Evergreen de doscientos metros de eslora fuera a hacer lo más mínimo para ayudarnos ante los piratas. Evergreen, siempre verde, una broma de mal gusto en el momento menos oportuno.

Ya están a nuestro costado. De nuevo una de las lanchas repleta de personajes dudosos y agitados. La otra sólo lo ocupa un único tipo joven. Al menos no vemos ametralladoras. Lo que quizá sólo confirma que esta vez sí que son piratas. «Tabac-tabac«, gritan hacia nosotros. Probablemente sólo sea un truco para facilitarles el abordaje. Poco después, Boris les lanza dos paquetes de Marlboro. Probablemente sea algo para vaqueros curtidos como ellos, ¡con sabor a libertad y aventura!

¡Ya lo creo! Y funciona. En un baile de alegría, nos saludan con la mano en el corazón y se alejan de nuevo a toda velocidad.

Mar Rojo, 11 de marzo de 2023

5 Comentarios

  1. Cecilia 11 de abril de 2023 en 13:38 01Tue, 11 Apr 2023 13:38:54 +000054. - Responder

    Puaf, uno ya tiene una edad para éstos sustos!

  2. Imma 11 de abril de 2023 en 13:43 01Tue, 11 Apr 2023 13:43:50 +000050. - Responder

    Ufffff suerte que ya he hablado contigo!!!

  3. Fabiola Santana 11 de abril de 2023 en 17:36 05Tue, 11 Apr 2023 17:36:54 +000054. - Responder

    Uuuf, Hans, me has tenido con el corazón en un puño todo el rato ! Un abrazo de ❤️

  4. Thor cinco 14 de abril de 2023 en 08:45 08Fri, 14 Apr 2023 08:45:03 +000003. - Responder

    Adrenalina, aventura. Fascinante relato Hans. Un abrazo y muchos ánimos. Tu vuelta al mundo está a un tiro de piedra.

  5. Joaquín Verdeguer 17 de abril de 2023 en 11:17 11Mon, 17 Apr 2023 11:17:34 +000034. - Responder

    Espero que hayas podido terminar tu declaración para hacienda este año están que muerden !!!

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