Desde una infinidad están parados en fila. Rígidos, de espaldas al mar. Pesan toneladas, casi diez metros de alto, sus ojos vagan por la isla. Cientos de ellos han sido tallados laboriosamente en las canteras. Aun siendo inexplicable, los arrastraron a través de la isla, erigiéndolos en las costas. Qué devoción, humildad y el idealismo para tan solo piedra.
Después los Moáis sobrevivieron las luchas de los clanes. Las primeras visitas occidentales de Roggeveen 1722 y Cook dos años mas tarde. La ocupación y explotación de los españoles y chilenos. Hasta los primeros estudios arqueológicos Heyerdahls (si aquel chico del Kon-Tiki!) en los cincuenta del siglo pasado. A pesar de todo, los Moáis aun están allí, un poco desgastado. Alguno sin un sombrero, otro sin ojos. Igual de mística como hace mil años y indudablemente para siempre.
«Ninguna nación competirán por el honor de haber descubierto la Isla de Pascua, ya que no hay ninguna isla en estos mares que ofrece menos protección y facilidades para la navegación» relata James Cook. Tomando el consejo en serio visitamos Rapa Nui interrumpiendo nuestro vuelo de regreso a Barcelona. Este pequeño pedazo de tierra perdido en las extensiones interminables y vacías del sureste del Pacífico nos abre enseguida su corazón. Su cultura polinesia inmediatamente nos recuerda a las Marquesas – pero combinado con la cultura chilena. Para nosotros, casi una combinación perfecta.
Pues, ahora también estamos con devoción delante de los Moáis. Hace tiempo este patrimonio cultural se ha convertido en una atracción turística, que atrae a visitantes de todo el mundo a esta isla tan aislada. Chinos, estadounidenses, europeos perpetúan las imágenes de los Moáis con sus iPhones y tabletas, subiéndolos instantáneamente a sus perfiles de Facebook, Instagram y WhatsApp. Por el termino “Moái” en Google se encuentra 1.010.000 resultados en 0,43 segundos.
Mientras tanto los Moáis con su 1.500 años de edad miran con indiferencia sobre el espectáculo de los turistas. Cultura – así nos los transmiten – se define asimismo por la dedicación, la permanencia y la lentitud.
¡Que suertudos! ¡Que envidia!
Con vuestro permiso difundiré algunas de vuestras fotos (con nombre de autores) pues son extraordinarias. ¡Feliz vuelta a casa y Feliz Navidad!
https://www.facebook.com/calnavegar/?ref=hl
Quina preciositat!!!! i quines fotos més estupendes.
Molt bon any 2016!