Efectivamente aun queda un templo de Buda. También detecto unos bonitos edificios residenciales de los años 50, pero a nadie le importa. Además perdura el Stadthuys de la época de la ocupación holandesa del siglo XVII, convertido en un museo histórico.

Todo lo demás está trastornado, encalado, demolido, rehecho fugazmente. Un barrio chino burbujeante, colorido, estridente, vibrante. Todos hacen sus negocios; en la calle, en los patios traseros, en tiendas atestadas de auténticos recuerdos malacaneses de China. Rickshaws sobredecoradas van de un lado a otro y por la noche, en el escenario del mercado nocturno, canto con Paul de TALULAH RUBY Proud Mary de CCR. Absolutamente chiflado todo.

Si no fuera porque Malakka está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Busco la verificación de hechos, pero Malakka irrevocable está en la lista. La UNESCO escribe en su informe: «Las propiedades han conservado su autenticidad; los monumentos y sitios enumerados han sido restaurados con tratamientos apropiados en cuanto a diseño, materiales, metodologías, técnicas y mano de obra, de acuerdo con las pautas y principios de conservación.» Es para llorar, veo solo un chinatown burbujeante. ¿La UNESCO es ciega en ambos ojos, o la ciudad ha pasado de todo una vez obtenido el título? Parece que la clasificación “Patrimonio Mundial de la UNESCO” está en venta.

Al día siguiente voy a la verdadera ciudad de Malacca, ahí donde los turistas nunca van. Bloques de pisos lamentables, personajes poco fiables, parques empresariales vacíos, enormes torres tipo gated community con guardaespaldas hostiles. Una enorme área de tierra amontonada en el mar, donde no hay nada excepto una caja blanca, que de noche empieza a brillar azul celeste. Se trata del Encore Melaca, una copia vulgar del auditorio de HdM en Barcelona. Alrededor de aquello promotores chinos están levantando varias urbanizaciones vacacionales, pensando principalmente para la clientela de su país. El choque económico – social es evidente, y pensando en Santiago de Chile uno piensa si esto va a ir bien. 

Estoy fondeado con el TUVALU en frente de la ciudad en un anclaje sin protección, pero el clima es bueno. Mientras tanto, me he convertido temporalmente en navegante solitario, porque Imma ya está en Barcelona con su mama y su hija. Navegamos por el famoso y temible estrecho de Malakka, el TUVALU y yo. Por una vez estas no son noticias falsas ni hechos alternativos.

Más imágenes: