Todo está cubierto por una capa fina y peluda. Marrón o gris. De aburrido a poco apetecible. Como mucho, aún se puede ver una roca pelada. En el fondo, en cambio, crece una hierba verde que se balancea lentamente de un lado a otro. A veces aparece algo resbaladizo entre tanto verde, porque ahí se sienten como en casa. Pero incluso sus colores brillantes han desaparecido hace tiempo. Solo de vez en cuando, casi como por accidente, se cruza una de aquellas de rayas amarillas. Hace poco, llegaron aquí estas gruesas con largos filamentos. A través de ese canal artificial del sur. Ahora aquí también hace mucho calor. Se lo comen todo sin importarles nada.
Estoy sudando. Vosotros allí arriba también tenéis 44 grados, me dicen. Comprendo vuestros lamentos. Claro que aquí abajo se está todavía mejor, por eso últimamente saltáis a menudo dentro de mí. Es para refrescaros. Equipada con llamativos tubos y aletas de colores, buscáis en vano peces de colores y arrecifes de coral de todas las formas imaginables.
A veces soplan vientos feroces. Algunas olas hacen que los barcos se balanceen alegremente de un lado a otro y, recientemente, incluso hay pequeños huracanes. Pero ni siquiera estos consiguen enfriarme. No importa lo fuerte que sople el viento. Anhelo un gran iceberg, como si yo fuera un gin tonic gigante. Pero son solo sueños, para mí no existe tal cosa. Hace y sigue haciendo demasiado calor, y por eso todo es tan sombrío aquí abajo ahora. Bastan unas décimas de grado más para que muchas cosas mueran. Lo que antes era colorido y exuberante ahora es apagado y gris. Preguntádselo a vuestros abuelos.
Pero vuestro mundo, en cambio, parece cada vez más colorido. Os vuelve a encantar el barroco, la ilusión, el engaño. Por eso tenéis Instagram y TikTok. Yo no, ¿para qué? Os bastaría con hacer solo un poquito allá arriba y yo estaría mucho mejor aquí abajo. Recalentar el medioambiente un poco menos, conducir un poco menos, pensar un poco más. ¿Y qué haríais cuando todas las abejas estén exterminadas? Entonces os pareceréis de repente a mí. Todo será aburrido y gris, también ahí arriba.
Saludos cordiales.
Tu Mediterráneo.
El Mediterráneo piensa y habla. ¡Me encanta!
¡Un abrazo desde l’Escala!