Tres meses, exactos. Efectivamente disfrutamos en las islas Marquesas bastante mas tiempo que Isabel. Aunque ella en realidad tampoco quería llegar ahí. Zarpando desde Perú, la Marquesa Isabel de Medaña  – la reina del mar del sur – cruzó el Pacifico entero.

Encontrando aquellas islas por accidente, pisar tierra con esos galeones enormes se convertía en una tarea complicada. Además, los indígenas repletos de tatuajes tampoco se mostraban muy entusiastas por la primera visita del mundo occidental. Las islas estaban ya llenas – se cree que en aquellos tiempos vivían unas 100’000 personas en el archipiélago. No quedaba espacio para Marquesas confusas. No obstante, el 28 de Julio 1595 Álvaro e Isabel de Mendaña grabaron en un tronco de una palmera una cruz y tomaron en nombre del rey de España posesión de Las Marquesas de Mendoza. En la acta consta que fue “a petición y con el consentimiento de los nativos, que se ponen por su propia voluntad bajo autoridad de su Majestad”. A ellos eso les daba igual, ya que los Españoles el mismo día se marcharon. Islas sin oro no les interesaba en nada. Hasta la llegada de James Cook en el año 1774 no tuvieron ningún contacto mas con el mundo occidental.

De parte nuestra, desde el viernes estamos de nuevo en alta mar. Solo horizonte sin ninguna isla a la vista desde hace días. Atrás quedan las Marquesas, con sus habitantes tan amables, hospitalarios y sus paisajes espectaculares y llenos de flores. ¡Hubiéramos podido quedarnos aun mucho mas tiempo! Nuestro destino son los atolones de las Tuamotus, a unas 500 millas. En concreto el atolón Raroia, donde llegaba otro personaje despistado por accidente: Thor Heyderdahl  naufragaba ahí con su KON-TIKI. Nosotros al menos sabemos a donde queremos llegar.