Desde hace una semana estamos fondeados en la bellísima bahía de Funafara, a unas 9 millas del pueblo principal de Funafuti. En el ultimo extremo de la laguna, rodeado de islitas con palmeras, un ensueño del mar de sur con corales, arrecifes, agua turquesa y un fondeo perfectamente protegido.
Hoy domingo tocaba visita a la iglesia del pueblo de Funafara. No es que seamos muy religiosos. Pero a menudo la misa es el acontecimiento principal de la comunidad, y participar en ella se entiende como señal de respeto a su tradición. Y una gran oportunidad de conocer mejor su cultura y sus costumbres.
También es un evento musical. No poco importante, ya que toda la misa esta en su propio idioma. La comunidad es pequeña, pero los aproximadamente 20 miembros no nos defraudan y nos brindan con unos bellos polifónicos cánones .
Además hoy es el día de la madre. Al entrar a la iglesia a Imma le regalan un bonito collar de flores aromáticas. Pero hay mas sorpresas. Después que durante siglos los misioneros intentaron convertir los supuestos barbaros, acabado la misa ahora nos regalan una biblia. The Holly Bible. La versión baptista con una bella foto del mar turquesa en la portada. Y seguido nos invitan a comer, junto a toda la comunidad.
En medio de la casa de la comunidad esta colocada la comida, preparada por las diferentes familias. Como de costumbre estamos sentados en el suelo. Con los dedos y sin cubiertos comemos pescado fresco y crudo, fruta de pan y otras delicias de sus huertos.
Como visitantes nos piden que iniciemos el buffet, luego siguen las mujeres, las niñas y los hombres y niños al final. No dos dimos cuenta de que no se hablaba durante la comida hasta que al terminar de comer el anciano jefe del pueblo abrió oficialmente la charla. Nos invitan a presentarnos. Explicamos que somos de una ciudad con millones de habitantes que se llama Barcelona, que con el Tuvalu flotante viajamos solo para viajar. Después de unas preguntas más (no, no tenemos miedo de temporales) la ronda sigue y finalmente hablan de asuntos de la comunidad.
Volviendo a nuestro Tuvalu flotante – una vez mas obsequiados con frutas – nos sentimos profundamente impresionados y agradecidos. Los tiempos de aquellos miserables exploradores, bucaneros y misioneros occidentales por suerte definitivamente han pasado. La humanidad, hospitalidad y cortesía que hemos podido vivir en esta comunidad supera todo lo que conocemos de nuestro mundo occidental.
Que guapa y feliz se le ve a Alba. Dos dias en Son Saura con el «Stromboli». Hemos cambiado el Ron por los gin tonics. Maticemos, la bebida, no el perro.
Gracias por compartir las fotos y experiencias.
:-)))) aqui estamos sin perros ni alcohol…!
Saludos desde Pregonda, una minucia de cala en un paraje vulgar 😉
Hola Edu. Pregonda es una de la cala mas bellos de Menorca y tenemos muy buenos recuerdos! Esperamos que no hay demasiado barcos fondeados ahí… un abrazo grande H&I