Dos a tres metros de ola de popa, pero desafortunadamente mucho menos viento que el prometido, nos lleva con “velas de alisios” (foque y génova atangonados, sin mayor) a Alemania. Nos sentamos en el Biergarten comemos Wolfsbarsch, bebemos Bier y el postre es una Quarkspeise mit heisser Waldbeerensauce. Hmm, wie lecker! Me siento casi como en casa. Asombrosamente el camarero habla incluso un poquito español – que casualidad. No obstante opto por traducir el menú para Imma, para no tener sorpresas. Si, estamos fondeados en Cala Ratjada (sorprendentemente no se llama Kalaratschada, pero intuyo que se quería dar referencias a las antiguas olvidadas culturas de los antepasados de este lugar). Aunque la verdad es que ya me siento un poco asombrado de tanta “transfer cultural”… Y en cuando mas tarde nos echan – en español – de este fondeo tan bonito justo al norte del pueblo (prohibición por ser reserva marina, nos explican) casi estoy contento. Hemos vuelto a España.
En Alemania
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