Un humo denso y blanco proviene del tubo de escape. Un sonido raro, metálico. Como si fuéramos una máquina de vapor. ¿Qué pasó con el motor del nuestro barco, que había ido siempre tan fino? Intentamos lo que se nos ocurre, cambiamos los filtros, limpiamos las mangueras de la refrigeración. Nada. Continúa extendiéndose una niebla densa en las calmadas bahías de ensueño de Fiji. Las salidas de pruebas después de la larga estancia en tierra (durante la temporada de huracanes) traen como siempre sorpresas.
Así que de vuelta a Vuda Marina. El mecánico abre y limpia el intercambiador de agua de la refrigeración (donde encontramos escombros y cauchos rotos de las alas de la bomba de agua), ajusta las válvulas, y finalmente quita el termostato de nuestro motor marino Volvo Penta, inútil en los trópicos.
De vuelta en las Islas Yasawa, el motor ronronea nuevamente como de costumbre. Revisamos docenas de otros sistemas y puestas en marcha; la potabilizadora, los alternadores, el generador eólico, la radio de onda corta. ¡Cuantas cosas! Pero ahora todo parece estar listo. Y tan pronto como la metrología lo permita, zarpamos definitivamente. Haciendo un gran paso hacia el oeste, hacia Vanuatu.
Hallo Ihr Lieben, hoffentlich gibt es nicht noch mehr negative Überraschungen. Eure Tuvalu ist wie jedes Segelschiff eine Diva und mag es nicht, wenn man sie zu lange alleine lässt und ihr keine Beachtung schenkt. Wir freuen uns auf eure Berichte. Safe travel, moderate winds and following seas! Besos y abbrazos Barbara y Manfred
Hola guapos! La misma historia de todos los veleristas, un velero nos es un velero si navega sin tener algo que reparar. Saludos desde Killini en terrotorio griego LuMa Hofmann
bueno eso es lo mas normal el rodete al garete je je. buena proa
Me gusta la palabra ronronear. Mi hija Sara tienen un gato que tambien ronronea. Muchos besos y buena travesia.