Navegamos en conserva, como se dice en los términos náuticos. Quiere decir: Navegar juntos con yates amigos durante el día, anclar lado a lado en las calas por la noche (y por supuesto tomando los respectivos licores en uno de los barcos). En conserva. ¿O tendríamos que pensar en sardinas, berberechos, espárragos?

Jorge de la IXEIA, que está navegando con nosotros en conserva desde cala Ratjada, tiene otra explicación. “En conserva” se deriva de una expresión militar. Andar en grupo, protegiéndose mutuamente de posibles ataques, antes de atacar en solitario al enemigo.

Bueno, no estamos en Somalia con sus piratas. No hay muchos enemigos. Mallorca simplemente tiene demasiados turistas de habla alemana, y éstos son generalmente inofensivos. Pero ¿tal vez antes de posibles vientos violentos, tormentas eléctricas y corrientes potentes nos va bien protegernos mutuamente? Uno delega la responsabilidad, se dividen las tareas, te ayudas en problemas técnicos, interpretas los partes meteorológicos. Sí, en estos momentos estamos a gusto en la conserva.

Estamos con Jorge y Cecilia del IXEIA, y también con Marcos y Carmen del STROMBOLI, nuestro “conservistas” preferidos desde hace mucho tiempo. Nuestros niños crecieron juntos como nuestras embarcaciones. Varios veranos navegamos en conserva en las Baleares, Córcega y Cerdeña. La IXEIA es la guía turística, ya que conoce mejor las calas de Mallorca. En Cala Canyamel visitamos las cuevas – las más grandes de la isla, de Europa, del Universo. En la Cala Magraner – en honor a la madre de Imma (= Magraner) – nos suministran cervezas frías desde un catamarán de publicidad de San Miguel. ¿Realmente Mami Magraner organizó esto? En la Colonia San Jordi miramos juntos el partido de futbol Barça – Madrid. “Ganamos” 2:2.

Después de una semana, la conserva se abre de nuevo. El viento nos conviene y navegamos las 75 millas a Ibiza. Las despedidas siempre son algo tristes. Pero dan sitio para nuevas experiencias. Pescamos otra vez.

„Monster“ Imma