Para los que no saben a donde ir hay los prospectos en las agencias de viaje, las guías turísticas como Lonly Planet, los Cruising Guides (guías para navegantes) y las paginas de web especializadas como noonsite.com. Y por supuesto el Rafael del Castillo de Las Palmas, que a través de la rueda de los navegantes en onda corta siempre te tiene un buen consejo – estés donde estés. Increíble e insustituible este hombre para los navegantes españoles en el mundo.
Pero quizás lo mas importante es la información que nos proporcionan otros navegantes. Los navegantes somos un pueblo global. Mas que un buen consejo nos ha hecho cambiar nuestras ideas. Por ejemplo no hubiéramos ido nunca a Ille de Vache en Haiti si no hubiéramos hablado con el barco alemán AFROTHITE en Bonaire. Ya que de vez en cuando el yate de al lado justo ha llegado de donde tu quieres ir. Información actual valiosísima. Tomando juntos una copa al atardecer se intercambian experiencias, cartas náuticas, cruising guides, … Hace un tiempo aun se ha hecho copias de las cartas de papel, hoy llevamos nuestro disco duro al barco de al lado y lo copiamos todo. Incluido música, películas, libros electrónicos.
Dentro de estos navegantes vecinos hay un pequeño grupo de queridos amigos navegantes muy peculiares. También ellos te aconsejan con cariño. Cuantas veces hemos escuchado en Europa: Uff, los West Indies (Martinica, Guadalupe, Granada). No valen la pena, todo está demasiado caro, y todos estos “boatboys” que solamente quieren sacar el dinero de tu bolsillo. Mejor quedarte en los Baleares y ahorrarse el largo viaje atlántico.
Mas tarde navegando entre esas islas tan maravillosas de los West Indies nuestros queridos amigos navegantes nos decían: Uff, a Cuba queréis ir? Mucha burocracia, todo muy complicado. Mejor quedarte en los West Indies que además es mucho mas bonito. Y ahora en Cuba que nos dicen nuestros queridos amigos navegantes? Ya lo intuís: Uff, la Polinesia… Si, nuestros queridos amigos navegantes siempre saben a donde es mejor que no vayamos. Preferiblemente aquellos destinos que ellos mismos aun no han visitado. Tal vez porque sus sueños también en su día eran mas grandes. Pero luego la esposa ya no quería, o bien el yate o hacienda. O bien porque tal vez también los navegantes es gente muy casera. Hogar, dulce hogar. Ya que al parecer no todos los navegantes somos como Alexander Humbold que en el año 1801 sobre sus motivaciones como viajero y investigador decía: “A mi me amina el vago deseo de descolocarme de una vida rutinaria y aburrida a un mundo maravilloso.”
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