Dar la vuelta al mundo por suerte es una definición suficiente nebuloso de un destino. Mientras viajamos todo queda abierto. Main, Rio Dulce, Curaçao, Canal de Panamá, Miami, Brasilia,… La lista de posibles destinaciones es interminable. Le libertad inmensa. Ahí a donde sopla el viento. Pero; en San Blas hay tormentas violentas, en la Polinesia huracanes, en Guatemala siempre llueve.
Si, pero no siempre.
A pesar del calentamiento de la tierra cerca del ecuador hay normalmente una temporada buena y una mala. En el hemisferio sur se navega en verano y te escondes en el invierno, en el hemisferio norte al revés. Así el navegante sabio se serpentea al lado del ecuador alrededor del mundo. Huracanes en el norte – navegar en el sur. Seis meses mas tarde al revés. De esta manera se puede dar la vuelta sin parar en 18 meses.
Aquellos que como nosotros no tienen tanta prisa utilizan otra estrategia. “Hurracan holes” son fondeos seguros dentro de las zonas habitualmente afectados de huracanes. Protegidos por montañas altas o bien manglares densos, los huracanes sobrepasan encima del yate sin hacer daño. Rio Dulce en Guatemala es uno de esos ejemplos.
O bien se navega fuera de la zona de los huracanes. Si te encuentras en el mar caribeño puedes ir al norte – todo lo que está mas al norte que New York normalmente está a salvo, como por ejemplo Maine. En el sur aun es mucho mas fácil: Chaguaramas / Trinidad donde estuvimos el verano pasado, o bien Curaçao, Panama.
Así intentamos de cumplir la regla de oro: el yate siempre tiene que estar en el momento correcto en el lugar correcto. Así se evita normalmente tormentas violentas, huracanes, lluvias torrenciales. Cuba a partir de junio definitivamente no.
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