235 grados. Estoy detrás de la rueda de timón grande del TUVALU y el viento se me está pegando a la cara. La proa se levanta suavemente, hasta que aceleramos brevemente y empezamos a bajar la ola. Caer parece ser mejor, 245 grados en la bitácora. Así llegamos justo al siguiente Waypoint. Navegar conlleva finalidad de llegada. A algún sitio siempre se quiere llegar. Nadie esta ahí fuera dando vueltas simplemente porque le gusta navegar. Evoluciones tecnológicas ayudaron a lo largo de los siglos para que hoy tengamos mas posibilidades de llegar al destino mientras hundimos menos barcos. Desde el portulan medieval, pasando por el sextante al GPS y por fin a las cartas electrónicas, la ciencia ha avanzado de tal manera que encontrar el destino es mucho mas sencillo. Pero saber el destino es todavía el mismo viejo problema.
En los próximos días el Blog del TUVALU se convierte en una Mini – Serie en cinco capítulos sobre el tema del DESTINO. Reflexiones sobre el como, cuando, con que velocidad y donde uno puede encontrar en el horizonte infinito el cumplimiento de sus sueños.
Ya que Colon quería ir a India.
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