TRIPULACIÓN

Fue un vómito instantáneo. Su primera navegación a vela en alta mar, en algún lugar frente a Santa Lucía en el Caribe, un desastre. No es de extrañar. ¿Cómo debería Hans, suizo, saber cómo es el mar? Toda su ilusión al carajo. En el lago de Constanza, donde ha estado navegando con veleros ligeros, no hay olas. No obstante, Imma de Barcelona navegaba con su papá de joven. Ya que enfrente de su ventana dejaron un mar tan grande, desordenado y azul que no cabía en ninguna parte (Pablo Neruda).

Pero pasaron muchos años antes del gran viaje. Imma es maestra. Hans arquitecto, 1993 llega a Barcelona. Los dos se conocen, como no podría ser de otra manera, mientras navegan. Se casan, la hija Alba crece, navegan por el Mediterráneo. Primero con el ESCULL, una menorquina tradicional de madera. Luego con el COMIC, un Dione 98 de 30 pies y desde 2004 con el Dufour 40 Performance TUVALU.

Desde 2011 viajan por viajar. Y un velero es definitivamente la mejor manera para llegar a todos aquellos lugares olvidados en las vastas extensiones de los océanos.