Mi primer contacto con Bocas del Toro ya se producía en los primeros meses de mi vida. Inconscientemente y no reconocido hasta hoy mismo. Era de forma gastronómica, reemplazando la leche materna. Probablemente grité como en un asador. El siguiente paso de acercamiento se llevó a cabo visualmente, a través de aquellas pegatinas azules. Y al mismo tiempo también se convirtieron en mi primera palabra registrada en mi vocabulario español: Chiquita. Correcto: los plátanos.
Para los españoles naturalmente no se concluye mi primera toma de contacto con Bocas del Toro. Imma preparó el biberón de Alba siempre con plátanos canarios, igual como su mama con ella misma. Aquellos plátanos sin duda también son dulces, pero tienen un gran defecto: Les faltan el distintivo / pegatinas azul Chiquita. Así que no son plátanos reales.
A finales de la década de 1880 el alemán Jochen Ludwig Heinrich Hein comenzó a plantar plátanos en Bocas del Toro. El negocio prosperó y poco después (en 1899) junto con Michael Snyder y Minor C. Keith fundaron la United Fruit Company. Epidemias, terremotos, guerras mundiales, ataques de submarinos a los buques de carga, plagas de saltamontes, aplicaciones fallidas de la toxina TDT, inundaciones, levantamientos de los trabajadores. Cada crisis se superó y pronto el banano creció de nuevo apretado en el vástago y se batía de nuevo para los biberones en medio mundo occidental. Así también en mi casa natal en Winterthur, Suiza. 1962 – justo cuando yo comencé a reconocer el mundo visualmente – la United Fruit Company creó la pegatina azul y la registraron como marca comercial. Coca Cola , Chupa Chup, Chiquita. Ciertos productos se destacan fácilmente de los demás (Queridos Canarios: ¡perdonarme!).
Bocas del toro es una enorme laguna de agua salada en el extremo nororiental de la costa atlántica de Panamá. Las innumerables islas pequeñas con decenas de anclajes protegidos son declaradas hoy como reservas de biosfera. Después de hacer el papeleo de entrada al país en el pueblo Bocas ahora estamos fondeados juntos con nuestros amigos franceses de LAKATAO en la isla Bastimento. Pescadores con sus cayucos pasan por delante del barco, en el pequeño pueblo juegan y ríen alegremente los niños y por la noche oímos música de Soca y Reggae desde el chiringuito cercano. En la playa de ensueño en el otro lado de la isla se emplean los surfistas. La selva es muy tupida y en nuestras excursiones por la isla casi nos tenemos que abrir el paso con el machete.
Ya es hora para el siguiente plátano.
Nb. Mas chiquita aqui
un plátano madurado en su lugar de origen que gozada ,buen provecho,seguiremos babeando, a qui fot un fret que pela,es la semana de los barbudos ,
Lieber Bruder
Gute Geschichte! Aber vermutlich ein Wunschtraum, was den persönlichen Bezug anbelangt. Nun ehrlich, wie oft hast du zuhause Bananen gesehen? Mandarinli vom Samichlaus und zur Weihnachtszeit Orangen ja. Aber Bananen? Ach je, wäre das ein Gaumenschmaus gewesen!
Fact ist, dein optimistisches, abenteuerliches Wesen ist also nicht auf den Verzehr von Bananenbreili zurückzuführen, sondern eher auf gesunde Muttermilch und Haferbrei. That’s the real story, dear brother. Trotzdem: Chiquita olè.
Que lugar de ensueño! Las fotos fantásticas. Veo que ha valido la pena navegar en ceñida. Las bananas chiquita también son las primeras que recuerdo de USA. Gracias por el blog que siempre nos alegra. Besos