Viviendo en los atolones de los Tuamotus tienes que adaptarte a una vida autárquica. La soledad, la singularidad, la lejanía de la civilización refuerza la sensación de formar parte de aquel espectáculo de la naturaleza.
Algunos atolones como Tahanea están completamente deshabitados. O bien lo ocupan temporalmente, cuando recogen cocos o bien si es el momento adecuado para pescar. Otros tienen pequeños pueblos, como Ngarumaoa (Raroia) o Teravero (Kauehi). Pero también estos lugares se entiende muy al fondo como un asentimiento temporal. El siguiente ciclón llega con seguridad. Son mayoritariamente construcciones ligeras de madera. Son baratas, una casa por unos 10’000€. Si los vientos lo destruyen lo rehacen en algún otro lugar. Fugaz, efímero, por aquí – por ahí. Quizás justo la amenaza permanente proporciona su actitud tan despreocupada. Hay que vivir el momento.
En Fakarava fondeamos en un mundo de ensueño de islas pequeñas en el pase sur. Nuestra quilla flota pocos centímetros encima del suelo de arena en el agua turquesa. Cunado visitamos los habitantes del islote Hirifa en el arrecife, Jacob justo se ha herido su mano de forma grave con el machete. Sangre gotea a la arena de oro. A pesar de tener un botequín muy completo a bordo no podemos ayudar mucho – nos faltan conocimientos de cirujano. Así pues, Jacob no tiene mas remedio que navegar con su lancha las tres horas al otro lado de la laguna al único pueblo del atolón, donde hay una enfermería.
En Toau estamos en una boya que colocaron los simpáticos Gastón y Valentine. A parte de ser pescadores, en su chiringuito ofrecen cenas a los navegantes. En muchos lugares remotas en la Polinesia producen la energía eléctrica ya con paneles solares. Ellos aun los hacen con un generador de diesel, pero se quedaron sin gasolina. Enseguida llegamos a un truqueo. La cena y unas cuantas perlas negras por dos bidones de gasolina. “Dinero? No nos hace falta” – comenta Valentina – “o a penas has visto un supermercado por aquí?”
En los Tuamotus la vida es muy autárquica. Dependes de ti mismo , de tus propios medios y habilidades. La comida, la energía, las reparaciones, la salud, la diversión,… Atolones son como veleros. Solamente no flotan.
GRacias por alegrarme ya la mañana con estas fotos tan maravillosas.Casi casi he creído estar allí.
Queridos amigos
Ungefähr so stelle ich mir das Paradies vor. Gibt’s da noch einen Weg zurück?
…….y nosotros apenas en Cerdeña
Que fotos tan chulas. Que aguas tan turquesas. Gracias por compartirlos con nosotros.