Tres aeropuertos, un hotel, dos estaciones de autobuses. 6.900 millas de vuelo, 8 horas en autobús y 8 horas de jetleg. Por fin estamos de vuelta a casa.

Por suerte encontramos nuestro querido TUVALU en perfectas condiciones. Los chicos de la marina Tortugal cuidaron estupendamente nuestra casa flotante. Limpia y bien ventilada, como si lo hubiéramos dejado el día anterior. ¡Uf, que bien!

Atrás quedan largas semanas en Europa. ¡Cuántas cosas hay que resolver si te vas un ratito! Declaraciones de rentas, asuntos financieros, burocracia sin fin, visitas médicas, reformas de pisos. Además – como en viejos tiempos – estoy trabajando en mi empresa G¬A Barcelona. Ahora tenemos una nueva oficina y un nuevo gran equipo. Pasamos mucho tiempo con la madre de Imma de 81 años de edad y con la querida hija Alba. Viajo de norte a sur de Europa visitando amigos de toda la vida.

Pero ahora estamos en casa. La calma ha regresado. Al lado se encuentra la selva, los pájaros silban y el barco balancea suavemente. Volver.