No, no llevamos siempre el timón a mano. No es viable. Sobre todo, si navegas durante años alrededor del mundo con una mini-tripulación. Así pues, todo lo que hace falta es dar un suave clic y el piloto automático se acopla y te lleva con precisión al rumbo que deseas. Durante horas, días y semanas.
Un viaje en modo automático, aparentemente sin preocupaciones. Por encima o por debajo del ecuador. A unos 270 grados. Siempre al oeste, hacia la puesta de sol. Así recorres el camino alrededor del mundo hasta que llegas a casa. Así de simple. (Al menos que no pienses que la tierra es plana. Entonces caes en algún lugar del borde del disco, al paraíso o del infierno. Bueno, ya hemos pasado por eso.)
Aunque a veces el astuto circunnavegador se toma un año sabático en su ruta al oeste. Es decir, se desvía al norte o al sur. Nosotros en 2017 de Fiyi a Tuvalu y viceversa. Nuestros amigos de CAP TRES y JOSHUA de Fiyi a Nueva Zelanda. Los de ALEA de Panamá al Cabo de Hornos. Lo que sea. Pero al final todo el mundo vuelve fielmente a la zona del ecuador. Para seguir navegando en la ruta de los pies descalzos hacia el oeste, con el piloto automático acoplado a rumbo 270.
Bueno…, ahora lo del modo automático ha terminado. No sólo para nosotros, sino para todo el mundo. Estamos todos en modo de espera, en Standby. TUVALU sigue esperando en tierra en Langkawi, Malasia. El aire acondicionado ronronea en el interior. No está pasando nada más. Estamos en nuestro refugio en el Priorato, Catalunya. La frontera de Malasia está cerrada para los extranjeros por lo menos hasta final de año. En abril la temporada de navegación termina allí y el monzón comienza de nuevo con la lluvia y el calor. En espera. Parada. Standby. ¿Esperar a que todo termine?
A veces uno casi se le olvida, con toda la tecnología: Como capitán, también puedes llevar el timón a mano.
Imagen: Armillary Sphere and Table of Declinations (Portada: Portulan Pacific Ocean, siglo 16)
¡Muy buena reflexión Hans !
lo cierto es que quizás deberíamos desconectar el piloto autómatico más a menudo. Empiezo a tener serias dudas de si seguimos siendo capaces de gobernar a mano como lo hacíamos antes. El problema de la maravillosa tecnología es que si no estamos alerta, pronto será capaz de controlarnos ella a nosotros, de cambiar nuestro comportamiento y con ello mermaran muchas de nuestras facultades… lo veremos con la inminente implantación de la AI, (Artificial Intelligence) a la vida cotidiana. Dicho en otras palabras, o estamos alerta y espabilamos o acabaremos siendo todos corderitos amaestrados saltando de una pantalla a otra sin tener ni pastelera idea de porqué lo hacemos y ni a donde nos dirigimos.
Abrazos desde Poblenou, Thor.