Siempre que te pregunto

que cuando, como y donde

tu siempre me respondes

quizás, quizás, quizás

Y así pasan los días

y yo, desesperando

y tu, tu contestando

quizás, quizás, quizás

Sí, al igual que en este hermoso bolero. Estamos a la espera. Ni a los lobos marinos, ni a los pinzones de Darwin. Pero a nuestras baterías nuevas. En nuestro viaje de Panamá a Galápagos descubrimos que nuestras baterías de servicio han llegado a su fin de vida. Por supuesto muy jodido: 3.000 millas náuticas delante de nosotros, y estamos fondeados el medio de un parque natural.

Pero nuestro fabuloso agente organizó todo y pronto se encuentran en un buque de carga viajando del Ecuador continental a las Islas Galápagos. El buque sale con varios días de retraso. Una semana más tarde – solo el diablo sabe dónde ha dado vueltas – por fin llega en Santa Cruz. Desde domingo están descargando, a unos 200 metros delante del TUVALU. El cuarto día de la descarga ya perdemos la fe en las  promesas vacías de nuestro agente (…quizás, quizás, quizás) y vamos a investigar el asunto in situ. Pieza por pieza descargan desde el carguero fondeado y las transportan en pequeñas embarcaciones a tierra. Decenas de trabajadores zumbando hacia arriba y abajo. Inesperadamente y sorprendió nos encontramos en la edad pre – contenedor. Y por supuesto nuestras baterías se almacenan en la parte mas inferior de la nave. No te pongas nervioso, me dice el capitán con una mirada rigurosa.

Estas perdiendo el tiempo, 


Pensando, pensando; 


Por lo que mas tu quieras, 


Hasta cuando, hasta cuando.